Dígase que soy una persona con suerte…

Will's CangaNací el 6 de Septiembre de 1977 en la cuna de una familia ecuatoriana de clase media. Mi padre tenía raíces jamaicanas, era un hombre muy de sus amigos, muy trabajador y honrado. Siempre se preocupaba por todo tipo de detalles y por la sociedad. Supo enseñarnos desde muy pequeños, a mis seis hermanos y a mi, el deber de cada hombre y a tener dignidad. Aprendimos a que después del trabajo las cosas tienen un valor mas elevado.

 

Mi madre es una mujer muy fiel a su Fe cristiana, el evangelio. Aun siendo nosotros, los siete hermanos muy pequeños, y viéndose abandonada por mi padre cuando yo tan solo tenia cuatro años, ella jamás nos abandonó. Tuvo tantos trabajos y tan poco tiempo libre que pasaba la mayor parte de las horas trabajando, pero nunca jamás nos faltó ni comida ni educación.

 

Nos educamos en un internado cristiano, el Tabernáculo, en el cual aprendí las diferencias entre religión y evangelio. A la edad de nueve años, tuve la primera ocasión de interpretar un papel, una historia de la biblia sobre David y Goliat, en la que jugaba a ser un general del ejército de David. Después de esa tarde, comencé a ver de otra manera la Semana Santa. Me gustaba vestirme con sábanas para simular la vestimenta romana y utilizaba espadas de madera que yo mismo construí (cuando era pequeño solía pensar que era muy feo para ser actor,…)

 

Al empezar la secundaria dejé el Tabernáculo y me fui a estudiar con mi hermano mayor a nuestra casa de la costa, en Los Ríos, Quevedo. Sabía que a mi madre le gustaba el ejército y se enorgullecería de mi si llegara a formar parte de él y entré en la Escuela Superior Politécnica del Ejército (ESPE). Allí tuve mucha suerte al mantener una buena relación con los grandes oficiales, los cuales me enseñaron los retos, la disciplina y la propia superación. Por su confianza puesta en mi, intentaba no decepcionarles ni decepcionarme a mi mismo: Ser positivo.

 

Fue allí donde sentí ganas de brindar al resto de los mortales lo que por gracia de Dios había recibido. Necesitaba expresarme, cosa que en el ejército me era casi imposible y me sentía limitado. Decidí dejarlo.

 

A la edad de dieciocho años comencé a adentrarme en el mundo de la moda, consiguiendo mi primer spot publicitario para Diners Club, una tarjeta de crédito, en el cual tenía un personaje muy divertido. Aun recuerdo a una de las chicas de maquillaje que me dijo con una media sonrisa en su rostro:- De aquí a Hollywood. Esas palabras me hicieron imaginar lo mas grande y preguntarme…¿Por qué no?

Sabía que tenía que prepararme mucho más. Y gracias a Dios en ese año tuve la oportunidad de viajar a Holanda a estudiar la cultura europea.

 

Debo confesar que Hany Abu-Assad, un escritor de documentales residente en Holanda, me enseñó algo vital. Me enseñó a poner mucha fuerza de voluntad  y mucho interés a todas las cosas que fuesen desconocidas para mí. Así cuando las conociera tendría que darles más énfasis y más dedicación, decía.

 

Quise continuar mi formación en Holanda pero tenía que estudiar el idioma durante casi cuatro años en una escuela del gobierno, para luego conseguir un puesto en la Academia de Audiovisuales, motivo que me obligó a pensar en un país de habla hispana. Tenía que elegir entre México, España e incluso Nueva York. Pensé en España.

 

Pasé quince días en Madrid, buscando y teniendo pequeñas pruebas en escuelas de arte dramático con muy buenos resultados. Decidí pasar tres semanas en Barcelona y continuar buscando más información en la formación audiovisual. Hice pruebas en varios sitios y de nuevo volví a Holanda y me decidí ya finalmente por el Centro de estudios Cinematográficos 15 de Octubre en Barcelona. Después de un año en la escuela, mi ilusión crecía pero el centro de estudios no me llenaba como yo hubiera deseado. En mi opinión el contenido de las clases era muy escaso y limitado para mis grandes ansias de aprender, situación que me llevó a Londres, aquel verano de 1999. Me matriculé en la academia de teatro Star Tek, pero al finalizar el curso volví a Barcelona, a la Universidad Internacional de Cine de Barcelona (UICB), donde por tres años sentí la sensación de estar en el sitio correcto. Mientras transcurrían mis estudios, aprovechaba todo el tiempo que podía para hacer castings e integrarme en las agencias de actores.

 

Creo que siempre he sabido qué es lo que me hace Amar esta profesión y es que cuanto más consciente soy, más ilusión tengo en entregarme a esta vivencia humilde de pasión.

 

…Un actor que da algo grande…Amor.